Katrina de chanes

Un gran defecto de nuestro grupo es cómo se juzga; a veces es necesario medir las palabras y lo que se cuenta para no ser etiquetada. Sin embargo el tema de darse entre minas siempre estuvo bastante abierto. La cosa empezó con el coqueteo entre Maga y Luz, que termino en un chape en aquel campamento mixto en Tigre con tequila de por medio. En varias ocasiones posteriores con clima de fiesta y descontrol volvieron a darse. Y ahí apareció el chiste de noviazgo que algunas lo tomaron como etiqueta para catalogarlas de lesbianas.

Festejo de la legalidad de Magali: en un bar con birra y Marlboro, Cele se mensajeaba con su novio, Lola amagaba a dormirse y Marcela a cara de orto lamentaba no estar perreando en un boliche, mientras Maga, Luz y yo charlabamos entretenidas.

Cuando nos mudamos a una mesa mejor ubicada, Celeste se pidió una porción de papas fritas para saciar su antojo y Luz su caipiroska, salió como tema el sexo; la satifacción que puede darte una mujer y la que no. Para sorpresa de todas Marce afirmaba que una mina puede darte mucho más placer que un tipo, mientras Luz insistía en que el vacio en la concha lo sentis. Lógica pura. La charla se volvía poco a poco interesante. Lola declaró que borracha y caliente le daría a una amiga. Los lados lésbicos, que tan juzgados habían sido, iban saliendo a la luz. Cele seguía firme en que lo suyo era la chota, cuando terminó contando que de chica se chapaba a una amiga. Las confesiones venían on fire. Que el clitoris, que el orgasmo vaginal, que una mina sabe más. Yo firme en que una mina te calienta o no. A mi no. Y Marcela tiró la bomba de Hiroshima: "Yo siempre sostuve que antes de morirme quería curtirme a una mina, un día que salí con mi hermano me presento a unas amigas que andaban en esa.. Y bueno, el dpto era grande y después de bailar mucho con todas me fui a un cuarto con una, y bue.. pasó".

Mientras ella sonreía orgullosa, todas la mirabamos con sorpresa. Hasta las "tortas" del grupo se fueron impactadas.