23/8/09

Que noche, Tete

Marcela es la tía del grupo, y es más llamada Tia que Marce. Las chicas la apodaron así por varias razones: muchas reales y muchas inventadas. Es típico escucharla indignada diciendo "Me inventan una vida: que no tengo celulitis, que siempre tengo un chongo. Dense cuenta que no, chicas".

Es la tía que le gusta la noche, que sale con chicos grandes y mira pendejos, que le encanta comer, que no estudia y le va bien, que toma mucho y no le pega y que está grande para algunas cosas. Ah, porque no aclaré que Marce tiene nuestra edad.

Marce y yo tenemos mucho feeling para varias cosas (no por nada somos la tía y la abuela del grupo) y compartimos pequeñas boludeces: desde dormir juntas cuando nos juntamos porque encastramos bien, hasta elegir licores en lugar de tequilas.

Estaba en pleno baile con Marce en el 18 de las chicas cuando decidimos probar el Baylis. Y descubrimos que era nuestro trago, lo deleitamos y posamos felices con el vaso para algunas camaras cuando vimos a Luz acercarse a nosotras en zig zag y bastante demacrada. La miré a Marce que no captó mi mirada. Si hay algo típicp de Marcela es eso: no se da cuenta (o se hace la boluda) cuando la gente esta mal, ya pasada de borrachera. Siempre, ella sonrie y sigue bailando. Como estrategia no es mala, así se ha ahorrado varias limpiadas de vómito. Excepto el mio, la única vez que quebre ella fue la víctima. Pero esa es otra historia, volviendo al cumple.

Al principio nos reimos, y le saqué una foto a Luz a los abrazos con la gente. Pero cuando empezaron a ser papelones, a los abrazos y besos en el cachete con ese típico muchacho que sobria jamás se le hubiera acercado, decidí apartarla.

La arrastré hasta el baño, donde Magalí la sostuvo para que saque de sus adentros todo el alcohol que, sin que nadie la viera, había ingerido.

Y nunca se imagino las largas anecdotas que eso iba a acarrear.

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