4/10/09

Sin carpa

Llegamos a Bariloche alteradísimas y ocupamos dos cuartos del pasillo 200. Esa tarde volviendo de una excursión compramos algunas botellas que camufló un coordinador y un tequila de cereza que pasó cómodo en el termo de mate.

Los chicos pusieron plata y se sumaron, así que la primer previa fue en nuestro pasillo: nosotras de gatitas y ellos de chapulines, empinando licor de melón, vodka y frize con música de fondo, fotos en el espejo y compañeros actuando de barman en el baño.

Y eso que nos habían advertido que las previas eran a puerta cerrada y discretas porque el conserje merodeaba por los cuartos en busca de alcohol en horas previas a boliche, pero la excitación del primer día nos desbordó y nos sorprendimos con la voz del señor control diciendo "todos afuera del cuarto menos las de la habitación, ya!".

Todos entonados: algunos huían a sus cuartos, otros corrían por el pasillo y otros esperaban expentantes detrás de la puerta. Adentro quedaron Maga, Nati, Cele y Lola.

Maga agarraba las botellas y se las entregaba, Cele (quizás por los efectos del alcohol) provocaba con comentarios cual "Solo tenemos alcohol en gel señor, que si quiere se lo entregamos" mientras empinaba el licor a escondidas de la mirada controladora.

Pero las palabras del hombre fueron claras: "Denme todo el alcohol que tengan porque si encuentro algo yo se vuelven a Buenos Aires".

Y eso que era la primera noche..

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