5/2/10

Real love

Mis fines de año suelen ser en algún lugar alejado y en familia. Disfrutaba así del cierre del 2009 en una parilla cenando con mi viejo y familia. De ahí fuimos a brindar a la casa de su primo hermano: Federico. Un treinteañero, padre de familia de dos hermosos niños (primos mios?), atleta y médico. Fede es el esposo perfecto, estoy segura, y es además, atractivo físicamente: morocho, de suaves facciones y hermosa sonrisa.

Así que mientras me preguntaba sobre mi futura carrera y mis hobbies, mientras me defendía ante la burla de mi viejo por aquel pedo con frizze abrazandome (si, encima cariñoso) y mientras me contaba sobre lo dificil que le resultó convertirse en médico, yo sonreía y pensaba que había entendido de que se trataba el amor platónico.

No es ni Nicolás Cabre, ni Pablo Rago, ni Andrés Calamaro.. es Federico, mi primo/tio segundo que está casado y duplica mi edad.

1 comentario:

  1. Nunca me pasó tener un amor platónico, gustar o incluso enamorar de alguien parte de mi familia, será porque no hay demaciados hombres de mi edad o más grandes o más chicos, en fin tu tio/primo sí que parece el hombre perfecto por lo que dijiste, beso!

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