3/9/09

La prueba del delito

La caminata por las playitas de Olivos, las charlas, la vaquita de San Antonio y las hamacas hicieron que la rateada valga la pena.

Por la tarde caminabamos en búsqueda de la parada cuando cruzamos una heladeria, nos miramos sonrientes y entramos. Si hay una debilidad de ambas es el helado: el cuarto de helado es un clásico de nuestra amistad ya. Así que mucho no dudamos.

El problema fue cuando en el colectivo noté en mi camisa una mancha mediana de dulce de leche. Maga insistió en que no era tan grave ni sospechoso, pero llegué y fregué la mancha hasta que salió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario